viernes, 26 de junio de 2009

FIESTA DE SAN JUAN EN GUATIRE







El día de San Juan Bautista -24 de junio- es una de las fiestas cristianas más extensamente difundidas en el mundo occidental. En Venezuela, los festejos en honor a San Juan Bautista revisten singular importancia, desde la época colonial hasta el presente, en aquellos tiempos de la colonia los negros Dominados y reprimidos, no tenían días de descanso, pero, una vez al año, el 24 de junio, los españoles dejaban a un lado la faena laboral, para venerar a San Juan, su patrono. La fecha coincidía con el solsticio de verano, día más largo del año, celebrado en los pueblos africanos porque daba inicio a la época en que las cosechas arrojan sus mejores frutos. Era entonces una oportunidad para los esclavos de reencontrarse con sus dioses y ritmos ancestrales.


Esa costumbre de rendir tributo a deidades paganas, no fue vista con buenos ojos por parte de la iglesia, por lo que se les pidió a los dueños de las haciendas, que les obligaran a venerar también a la imagen del Bautista. Oponerse a la cultura y tradiciones europeas significaba la muerte para los negros de las plantaciones, de allí que con el paso del tiempo las terminaran adoptando y fusionando con sus propias creencias.


Hoy, esta festividad afrocatólica sigue viva en muchas poblaciones venezolanas, especialmente en las comunidades de las costas de Aragua, Carabobo y Vargas; las regiones del Tuy y Barlovento en el estado Miranda; la zona subcostera del estado Yaracuy; y el norte de Guárico.


Es así como cada año, en la víspera del onomásti

co, el 23 de junio en la noche arranca una de las más representativas de nuestras fiestas tradicionales. Ese día, comienzan a sonar los repiques de los tambores en lo que se conoce como el primer velorio. Es decir, frente al santo que “vive” en su adornado nicho, en una casa del pueblo, la cual generalmente está cerca de la iglesia, comienzan a entonarse los cantos de sirenas y sangueos, junto al sonido de guaruras, maracas y toques de mina, curbata, culo e’ puya y demás tambores.


El 24 se pronuncia la misa en su honor y una vez concluida, nuevamente resuenan los cueros. En la tarde la parranda sigue con recorridos por el pueblo, en los que el Santo va acompañado con música, cantos y bailes. De regreso a la casa, sigue la celebración con un segundo velorio, esta vez más efusivo.


El día 25 es El Encierro de San Juan. Los tambores se detienen hasta las tres de la tarde, hora en la que empieza la despedida al Santo. En procesión es llevado hasta la puerta de la iglesia del pueblo, momento en el que repican las campanas del templo para darle la bienvenida. La fiesta sigue hasta que San Juan, en manos de su cargadores, es regresado a su casa de origen. Una larga jornada que amenizada con bebidas espirituosas, música y actos esotéricos, se extiende hasta el amanecer.


En algunas poblaciones, en la mañana del 24, se encamina el santo hacia el río de la localidad y ahí las “madrinas” lo bautizan, tal como, según la Biblia, lo hiciera San Juan con Jesús en las aguas del río Jordan. Este ritual se hace porque según la creencia popular se dice: Que el santo purifica el agua y todo el que se bañe en el río con fe, atrae la buena suerte durante todo el año”. Una vez el santo queda completamente mojado, continua la fiesta.


Igualmente los pescadores de la zona aragüeña acostumbran hacer el Encuentro de Sanjuanes, una hermosa procesión marítima que concluye en Ocumare de la Costa, lugar donde se reúnen para armar la parranda con tambores.




Magia y Espiritualidad

En esos días, además de hacerle peticiones, o agradecerle al San Juan milagrero por los favores recibidos, son muchos los ritos populares que se realizan. Entre ellos está el de cortarse el cabello, ya que al igual que las cosechas y la pesca que San Juan bendice ese día, éste crecerá fuerte y abundante.


Otro es derretir cabos de velas y echarlos en recipi

entes con agua, al enfriarse, la esperma se solidifica creando como especie de hilos, que los expertos en la materia son capaces de leer para predecir y adivinar el futuro de las personas. Con la misma intención, se vierte un huevo en un vaso con agua y se descifra las imágenes que allí se forman.


El destino amoroso también puede descubrirse en un envase transparente lleno de agua. Si cada uno de los miembros de una pareja, lanza una aguja en un recipiente y estas se atraen, será amor eterno, pero si se repelen, pues allí no hay esperanzas de idilio.


Un rito que genera mucho temor en los creyentes, tiene que ver con el futuro que le depara a quien el día de San Juan, se acerque a un río y no logre ver el reflejo de su cabeza en el agua, ya que esto significa que morirá en los próximos meses.


Los que nunca faltan son los baños en el río. Durante todo el día, pero especialmente a las 12:00 del mediodía del 24 de junio, las aguas están benditas por la mano del Bautista. El que allí moje su cuerpo, quedará bendito y santificado. Otros aprovechan para bañarse con esencias, fumar tabacos y hacer demás ceremonias que ayuden espanten la pava, purifiquen el alma y atraigan la prosperidad.


y recuerda que” si san Juan lo tiene san Juan todo lo da…”

“Si San Juan supiera cuando era su díadel cielo a la tierra San Juan bajaría” 24 de junio, repican los tambores recordando que en algún momento el negro color de la piel sirvió como excusa para encadenar al hombre africano y coartar su derecho a la libertad. La celebración que enmascaraba un rito de magia a deidades paganas, se trasformó delante del hombre blanco, en el culto a San Juan Bautista, primo de Jesús de Nazareth e hijo de Santa Isabel de Guía: el hombre que se reveló contra la forma tradicional de culto a Dios y se fue a predicar al desierto y a bautizar con agua del río Jordán; el santo que abrió el camino al Mesías para bautizar en nombre del Espíritu Santo.

El culto a San Juan divulgado en Venezuela principalmente por la costa central y Barlovento, va a tener en las haciendas de Guatire, repletas de esclavos, el escenario perfecto para su manifestación, al son de los tambores culo \'e puya (curvatica y cruzao) y el macho; este último sustituido más adelante por el redoblante que portaba el soldado en la Guerra Federal, lo que le da el sonido característico en estos valles de Pacairigua y Guatire.

Esto es parte del pasado que se refleja hoy como una tradición ancestral. Y no todos los bailes son iguales, no todos los ritmos tienen la misma pauta, sería tarea larga explicar toda esa connotación, pero vamos a tratar de darles una idea.

LOS TOQUES SON TRES

Bamba, corrío y redondo. Todos tienen una forma particular de bailarse que se diversifica aun más de acuerdo al canto que se esté interpretando, ejecutando variantes en parejas o solitarios hombres o mujeres. El espectador hace una troya o trocha y alternativamente se vuelve partícipe del baile.

El 23 de junio por la tarde las diferentes parrandas llevan sus imágenes a la iglesia, ya que éstas permanecen en casas de familia todo el año. Las entregan al párroco para la misa del día siguiente, lo cual recibe la denominación de “encierro del santo”, procediendo entonces al velorio hasta la madrugada, cuando cantos y danzas no se hacen esperar.

En la mañana del 24 se dirigen a la iglesia a escuchar misa; finalizada la misma los "sanjuaneros" piden la salida del santo, viene el repique de tambores y el canto: “¡Ay mariandé ay, cuando salirá!”. Al ritmo de un corrío viene la imagen del Bautista en brazos de un parrandero, mientras dos mujeres en pareja le hacen la venia en el gran encuentro. A la salida del templo todo es algarabía, la parranda recorrerá las calles una vez más; en la improvisación viene el canto identificativo del San Juan de Guatire: “¡Ay mariandé, ay Juan Bimbé!”; hombres y mujeres se acoplan en el baile. Le siguen otros: Ya va amanecé, El novillo, María Comgá, Oh Columbé, Me huele a rosa, Quele quele cumá, El hombre, Ataca la Calumbá y muchos otros. En los cantos hay palabras incomprensibles que nos recuerdan el origen de los hombres que iniciaron este culto.

La fiesta continúa el 29 de junio, al sucederse el encuentro con la Parranda de San Pedro, en pleno guatireñismo, y finaliza el 2 de julio, día de Santa Isabel de Guía, imagen que alguna vez perteneció al templo Santa Cruz de Pacairigua, para luego pasar a la hacienda El Ingenio y por último al barrio Las Barrancas, donde hoy le rinden culto.

La celebración se aplaca hasta el año siguiente, cuando vuelva a revivir el realismo mágico: “San Juan to´ lo tiene, San Juan to´ lo da”.


*Fuentes:
FERNÁNDEZ, José Ángel. San Juan Bautista en Guatire. Alcaldía del Municipio Zamora, 2000. 2da. Edición.
PORRAS, Ignacio. San Juan Bautista en Guatire. En: TereTere. Guatire, junio de 2001.





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